26 junio, 2014

delicada


Con el tiempo, sólo recordarás a las chicas que pasaron por tu vida como un torbellino. Las que te despeinaron el alma con el viento de su risa, las que te escribieron su nombre en las pupilas, por las que diste un salto al vacío y te hicieron llorar cuando se fueron. Porque sólo quedan cenizas de aquello que alguna vez ardió. Y esos recuerdos, aunque tú no lo quieras, van a dolerte como duelen las cicatrices: no cuando las tocas, sino cuando detienes la vista sobre ellas.

Yo no seré una de esas chicas memorables. No voy a estrellarme contra tu pecho, ni prenderé fuego a tu nostalgia. No tengo la intención de abrirte más heridas; yo sólo intento llenarte las manos de ese amor que no duele, que no quema, que no deja cicatrices. Aunque no lo consiga, aunque sea imposible.

Como caminan mis dedos por tu espalda, así quiero pasar por tu vida. Como una de esas caricias tan suaves, tan delicadas, que dejan para siempre escalofríos.


16 junio, 2014

que me duela


Quiero saber cuánto me deseas y quiero que sea tanto que me duela. Porque aunque tome té por las mañanas y me guste Bécquer, yo nunca sabré hacer el amor como una princesa. Y que, si te quiero, te voy a querer igual que te follo. Porque tengo tendencia a sacar las guerras de la cama y porque la vida conmigo es intensa, pero suele doler un poco.